viernes, 28 de junio de 2013

Llegó, habló y venció. Es Wendy Davis, una texana que habló diez horas para evitar una ley contra el aborto



"Algo especial está ocurriendo en Austin esta noche", escribía Barack Obama en su Twitter con el hashtag #StandWithWendy, que se convirtió al poco en trending topic mundial. Eso "especial" a lo que se refería el presidente y que tenía al mundo en vilo, era un maratón dialéctico de unas 13 horas por una sola persona. El presidente de EE.UU. nos avisaba de uno de los debates que más pasiones ha levantado en los últimos meses y en los que una integrante del partido demócrata ha sido impulsada como la nueva estrella de los demócratas: Wendy Davis, la senadora del distrito 10 de Texas. 

Una mujer que mantuvo en vilo a unos 180.000 espectadores virtuales vía streaming durante, como decimos, una maratón de 13 horas con el objetivo de evitar una dura ley estatal que pretende convertir al estado americano en uno de los más restrictivos contra el aborto.

Esta ley propone cerrar la mayoría de clínicas abortistas y prohibir la interrupción del embarazo a partir de las 20 semanas de gestación. Razones de peso por las que Davis se propuso capitanear una estrategia que consistía en pasarse 13 horas hablando (finalmente solo le permitieron hablar once) sobre los derechos de la mujer. ¿Por qué? Porque la ley no se podría aprobar si los votos no se resolvían antes de las doce de la noche, por lo que su ardua "performance" podría impedir llevar la votación a cabo.

The Huffington Post
Si Davis llegaba a las 00.00 horas de esa noche, aún orgullosa, en el estrado (y sin dejar el micro) no podría aprobarse finalmente esta polémica ley antiabortista. Esta técnica de oposición, llamada filibusterismo, ya la usó en 2011 para que no se aprobase un recorte en educación en su Estado.

"Hablamos de proteger a las mujeres, de su salud, de saber que estarán bien antes y después de todo este doloroso proceso… de ese tipo de cosas va esto”, dijo al comenzar. "Gracias por las poderosas voces de miles de tejanos, la ley #SB5 está muerta. Es una increíble victoria de las mujeres tejanas y de aquellos que las aman", escribió en Twitter al acabar.





Por lo que llegó, habló y venció. Conseguido su objetivo, Davis se ha convertido en la nueva estrella de la política norteamericana. Motivos, no le faltan:


  • Porque su biografía no tiene nada que envidiar a la de Erin Brockovich. Criada por una madre soltera, Davis también lo fue con apenas 19 años, lo que no le frenó para continuar sus estudios y poder graduarse como abogada en Harvard.

  • Porque se convirtió en trending topic y consiguió que centenares de personas se agolparan a las puertas de la votación coreando su nombre y aplaudiendo su gesta.

  • Porque sus zapatillas se han convertido en un símbolo (y han levantado la imagen de una marca). Las Mizuno rosas y verde que la senadora calzó durante el bloqueo han conseguido aumentar exponencialmente la popularidad de la firma. Durante el tiempo que la senadora se mantuvo en pie, la cuenta de Twitter de Mizuno pasó de 1.200 a 16.000 seguidores. ¿El filibusterismo manda en la moda?.

  • Porque su fuerza se contagia a sus compañeras de partido. Leticia Van De Putte, que abandonó el funeral de su padre para mostrar su apoyo a Davis, entonó una de las frases que más se ha repetido desde ayer, y que provocó una ovación en la sala. Justo diez minutos antes de que acabase el bloqueo, Van de Putte lamentó que los hombres de la sala no le hubiesen dejado hablar y dijo: "¿En que momento una senadora tiene que alzar su voz para ser escuchada por sus colegas (masculinos) en la sala?". Wow!



    Comparada en la fiebre de la viralidad con la propia Rosa Parks, Davis hizo vivir una jornada épica en la lucha de los derechos de la mujer en la que además, se puso de manifiesto que no solo de Hillary Clinton vive el partido demócrata. 


jueves, 27 de junio de 2013

Hombre, mujer: parece que el votante te va a juzgar igual si te maquillas o no


Todo comunica en política, pero ¿hasta qué punto influye la apariencia física de una candidata entre los votantes? ¿Es determinante la imagen de una aspirante a político?. Resulta que NO.

Pero para intentar aclararlo, empezamos por ELLOS. Desde el comienzo de la televisión, los (asesores) políticos se han esforzado mucho para dominar el arte de vestirse para la opinión pública. Pero todo hace indicar que ya no se sienten cómodos vistiéndose de una manera que eclipse o intimide a la audiencia. Nadie quiere que le capten usando un traje de 500 euros porque nos gusta pensar que los políticos son "como nosotros" y a ellos proyectar esa idea.

Pero a pesar de todo, los equipos políticos trabajan mucho para encajar y hacer parecer accesibles y reales a sus políticos. La clave se encuentra en no permitir que nadie sepa lo mucho que lo trabajas para parecer tan natural. ¿Recuerdan a Al Gore cuando era el candidato demócrata a la presidencia en Estados Unidos? Los medios de comunicación descubrieron que le habían aconsejado que usara tonos térreos-marrones y creo que algun@s todavía se están riendo. Cuando los votantes descubren que a un político "lo visten", a los ojos de la opinión pública, queda reducido a un infante.

Pero como decíamos ¿y ELLAS? ¿La apariencia es más importante para las mujeres en el poder que para los hombres en el poder?

En primer lugar, las mujeres tienen una desventaja en la política porque no tienen un uniforme tras el cual se pueden vestir. No tienen trajes de negocios oscuros, camisa blanca y corbata roja. Pero por otro lado, eso también les permite destacarse. Tienen más libertad de acción, más opciones para vestirse informalmente, por ejemplo.

@CNN
Leía en The Washington Post que en los últimos tiempos, la tendencia de la prensa para cubrir las opciones de estilo de las mujeres en la política ha provocado un poco de controversia. Pero un estudio realizado por la Universidad de Georgetown y George Washington recoge que las mujeres no pagan un precio más alto que el de los hombres a causa de la cobertura mediática por su apariencia física.

En este estudio, han ideado una situación que fácilmente podría presentarse en unos años: un candidato hombre y otro mujer, al Congreso. Las hipotéticas candidatos son Susan Williams y Michael Stevenson. En primer lugar, se redactaron ocho versiones de lo que parecía ser un artículo de prensa típico resumiendo el apoyo de los candidatos a una ley de educación. Las historias eran idénticos excepto que cambiaron el sexo del candidato y una descripción de cómo él o ella se vestía.

Con una muestra nacional de 961 sujetos adultos, fueron asignando al azar la lectura de uno de los ocho artículos redactados en prensa. Dos artículos no incluían ninguna mención de la apariencia del candidato. Uno simplemente describe una rueda de prensa en la que Susan Williams anunció su apoyo al proyecto de ley. El otro era el equivalente textual, pero el nombre del candidato era Michael Stevenson. Los otros seis artículos incluyen una cláusula adicional "neutral", "positivo" o con referencia negativa a la ropa de los candidatos en la conferencia de prensa.

Los encuestados que leen una de las dos historias neutrales (una de estas seis últimas) se enteraron de que el candidato fue "vestido con un traje azul marino y pañuelo rojo" (Williams) o "traje azul marino y corbata roja" (Stevenson). Los artículos positivos describen el candidato como "vestido en forma y estilo en un clásico traje azul marino y pañuelo rojo(empate)." Y los artículos negativos retrataron el candidato como "vestido de forma desaliñado y descuidado en un traje azul marino que no encaja y pañuelo rojo (empate)".

Después de leer el artículo, a los encuestados se les pidió que calificaran, en una escala de 0 a 10, cómo veían favorablemente el candidato, y evaluaran a cada uno en términos de profesionalidad, liderazgo, competencia, empatía, y otras características. En la figura siguiente se presentan las puntuaciones medias de favorabilidad para cada una de las condiciones de la encuesta.



La conclusión: los votantes juzgan a los hombres y las mujeres en la política en formas muy similares, al margen de las apariencias físicas de unos por ser hombres y de otras por ser mujer. 

En un nuevo libro, Deborah Brooks muestra que las mujeres que actúan duro, se enfadan, lloran, incluso en la campaña electoral, no son vistos de manera diferente que los hombres que hacen lo mismo. Además, Kathleen Dolan ha encontrado que las opiniones de los votantes del Congreso de los candidatos hombres o mujeres, son impulsados ​​en gran medida por la afiliación del partido, no por los estereotipos de género.

Parece que los auténticos obstáculos a los que se enfrentan las mujeres en la arena política son importantes, pero mientras los superan, esta investigación de la Universidad de Georgetown y George Washington, muestra que no tendrán que preocuparse tanto de lo que se ponen de maquillaje o visten, como de lo que dicen.



jueves, 13 de junio de 2013

Fotógrafos presidenciales ¿para qué? Para que te recuerden



No sé cómo lo hace. Lo mio es bastante fácil, sólo tengo que hacer fotografías mientras que él tiene que estar alerta, siendo concreto, claro y concentrado todo el tiempo” decía Pete Souza de su trabajo como fotógrafo presidencial de La Casa Blanca en un documental emitido por The National Geographic y donde el presidente Barack Obama destaca la confianza y la amistad que le unen a Souza como una de las razones para no sentirse incómodo ante una presencia como la suya. Una presencia constante ya que con respecto al presidente, su acceso es total.


Corbis Images
Su trabajo, admirado por su calidad artística pero sobre todo por su carácter documental, contrasta por ejemplo, con las posibilidades de los fotógrafos españoles de acceder a este tipo de instantes de sus gobernantes. Algo similar a lo que les sucede a los periodistas con las ruedas de prensa sin preguntas, tan típicas en España como impensables en EEUU. 

Lo cierto es que, la del fotógrafo presidencial, es una tradición con más de medio siglo de antigüedad en EEUU. Lindon B. Johson la inauguró contratando para tal fin al fotógrafo Yoichi Okamoto, que dejó un legado único de imágenes de su presidencia, destacando por tener también un amplio acceso al día a día del presidente. Unas imágenes, al igual que en el caso de las de Obama, que humanizan al hombre que ostenta el cargo más poderoso del mundo. 

Una mano acariciando ligeramente la de su mujer, un semblante reflexivo, un gesto de firmeza, una expresión de gravedad en un momento duro o un instante de relax y de diversión, como el de cualquier ser humano. Son algunos de los retratos tomados por Pete Souza durante los primeros cuatro años de gobierno de Barack Obama pero Souza se ganó mucho antes la confianza de Obama durante la carrera a la Casa Blanca cuando este era el aspirante a candidato demócrata, al seguirle para un reportaje fotográfico para el periódico Chicago Tribune.

Pete Souza (Flickr TWH)

Por lo que de la combinación de confianza y accesibilidad, resultan imágenes como las de Obama jugando al baloncesto entre reuniones, las de escenas íntimas con su mujer o sus hijas, o instantáneas de momentos transcendentales como el gesto del presidente durante la operación militar que acabó con la muerte de Osama Bin Laden.



De ahí que todos los gobiernos, todos los políticos e instituciones, deban replantearse la importancia de comunicar en imágenes, la importancia de plasmar detalles que ayuden a contar una historia (nuestra historia, nuestro relato, nuestra visión), en definitiva, la importancia de la figura del fotógrafo presidencial y su papel trascendental en la comunicación del gobierno.



Pero ¿fotógrafos presidenciales? ¿Para qué? Elegir las fotos que llegarán al público es de suma importancia. Incluir el cuidado por este aspecto en la comunicación de un candidato o de un líder es importante porque nos aseguramos que controlaremos lo que comunica esa foto. Captan y están en momentos decisivos para ver y documentar lo que a menudo se encuentra fuera del alcance de los ojos del resto de ciudadanos de un país y con ello, ayuda a que te recuerden. Recuerdos de momentos decisivos, importantes, únicos. Imágenes con rostros o sin ellos, pero imágenes que cuentan un mensaje, un relato, una visión, una historia y consiguen que miles de personas entren en la intimidad del poder, al mismo tiempo que reflejan la dignidad del cargo. Algo que no parece fácil.

EFE
Por cierto, unas imágenes prácticamente inéditas como decíamos al principio, en el caso de cualquier presidente del Gobierno español porque La Moncloa olvida el poder de la fotografía estratégicamente con vistas al gran público ya que hay labores de un presidente que no pueden ser grabadas por una cámara de televisión pero sí inmortalizadas por una foto. La Casa Blanca lo sabe bien y cuando Obama llama por teléfono a cualquier líder extranjero durante una crisis o gestiona un desastre, una foto de Pete Souza muestra el modo de trabajar del presidente.

Pete Souza (Flickr TWH)
Pero los casos más importantes del uso de la fotografía para reforzar el mensaje y contribuir a la imagen de liderazgo de los líderes políticos, se encuentran además de en Estados Unidos, en Reino Unido con Andrew Parsons.

¿E internet? Internet es un gran aliado. Tanto La Casa Blanca como el 10 deDowning Street suben a sus perfiles en Flickr, todas las fotografías, permitiendo que sean esas y no otras las que puedan elegir, propagar y consumir los usuarios, haciendo de Internet una poderosa herramienta para ganar la batalla de la imagen en un mundo saturado de información. 


A menudo recordamos a un  presidente por la imagen de ese momento.

Los detalles cuentan.

Las imágenes cuentan.

Imágenes memorables.







Las imágenes espontáneas de los poderosos son reveladoras por definición. Nos dan pistas sobre el funcionamiento interno y deja terreno a la imaginación


Las fotografías hablan sin necesidad de palabras. 

Entender eso es de vital importancia para los que velan por el mensaje, por los propios atributos y por lo que comunicamos cuando no decimos nada.




*Pete Souza (Flickr TWH)

martes, 4 de junio de 2013

¿Superpolíticos? Dame líderes o lo que es lo mismo, dame credibilidad no ficción

La Información
Los “superpoderes” en política no tienen nada que ver con liderazgo. Entre otras cosas porque los "superpolíticos" no existen. Sorry (al menos en el mundo real). Sobre conocer las verdaderas realidades y necesidades de cara a gobernar y liderar, la mejor forma de aproximarse a la definición de liderazgo es la de tratar de verlo en situaciones concretas y ante problemas concretos. Una situación de crisis, una catástrofe, dificultades inesperadas, por ejemplo, problemas que se perciben insuperables y que son ocasiones y oportunidades para que el liderazgo surja. El liderazgo no es sólo personal, puede ser también colectivo. Puede ser percibido como un líder con capacidad de marcar la senda de futuro a la mayoría de ciudadanos sin estar entroncado en un partido político o en un movimiento social determinado, pero también puede tratarse de una o varias personas que actúan desde el seno de un partido político o de un movimiento social. Así que sí, no necesitamos tanto "superpolíticos" como liderazgo y líderes.

Repensemos la situación real: Estamos ante un presidente del Gobierno no únicamente poco carismático, sino con escasa voluntad de comunicación ciudadana. Esas comparecencias por televisor de plasma, mientras la gente se derrumba económica, social y anímicamente, no son únicamente uno de los mayores patinazos de este hombre (sólo comparable a los alardes líricos de su “niña”, o ecologistas, con “Yo tengo un primo que me ha dicho que no hay cambio climático”), sino una acreditación, manifiesta y directa, del escaso interés por la pedagogía en sus comparecencias. La base del mensaje viene a ser algo como: esto tiene que ser así, porque no hay otra manera y ustedes lo tienen que aceptar con paciencia. La explicación de la base de esta estrategia del mensajes es que parte del PP ha tenido una escuela de comunicación diferente. En decir, las personas que vienen de UCD, con un presidente como Adolfo Suárez, porque Suárez, además de ser un tipo encantador, comparecía cada vez que hacía falta, porque se sentía en la obligación de explicarse y nombrar la letra pequeña del discurso.


EFE
En estas condiciones, cualquier líder de la oposición medianamente en forma estaría sacudiendo al presidente en velocidad dialéctica, apostura, cercanía y dicción. Lo curioso es que Rubalcaba tiene fondo y ganaen las distancias cortas y medias, pero ahora es necesario un candidato que no tenga un pasado que lo lastre y que pueda contemplar la juventud del futuro inmediato. Algo que parece obvio pero no lo es tanto ¿verdad?.

Pero esto no lo demanda únicamente la base del PSOE ni de la izquierda. Lo pedimos a gritos (a veces silenciosos) toda la sociedad, porque entre otras cosas es necesario un contrapeso político que tenga en cuenta los tiempos actuales cambiantes. Esto no quiere decir que el/la candidat@ tenga que salir directamente de la calle, pero sí que ha de estar en la calle. Ha de haber trabajado en el sector privado. Ha de conocer la tensión que se vive en la acera, tiene que haber leído “Indignaos”, de Stéphane Hessel, y haber escuchado a José Luis Sampedro, asumir la injusticia terrible del desahucio y comprender que mientras los políticos no se remanguen y se pongan por fin a pie de obra, no nos comprenderán de verdad.

Fotograma película El candidato
Con la sociedad en red (aunque el presidente Mariano Rajoy no la entienda así), ¡cada ciudadano es un espacio de comunicación!. El descrédito político ha erosionado tanto, que hace falta empezar de nuevo para poder seguir. No es que sea momento para buscar un nuevo candidato, es que sin nuevo candidato no habrá momento. Necesitamos una nueva forma de hacer política (nacional, autonómica, municipal) que esté menos pendiente de la foto de promoción interna. El nuevo candidato, o candidata, deberá hacer suya la ética política. Recuerdo la película “El candidato” y pienso en Bill McKay (encarnado por Robert Redford) y me pregunto si no existe (en la cantera o en la calle) ese equilibrio tan difícil de magnetismo, discurso y compasión, dispuest@ a proyectarse sobre la ciudadanía y ofrecer un mensaje de esperanza y piedad. Quizás lo que también necesitemos sea el flequillo rubio (que de luz) de Robert Redford.



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Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro (René Descartes)