viernes, 26 de octubre de 2012

Michelle Obama al rescate de la campaña

Es primera dama desde hace 4 años, aunque desde mucho antes, despierta más opiniones favorables que su marido, Barack Obama. Precisamente, el equipo de campaña de su marido, ha decidido enviarla a estados cruciales para ayudar a recuperar la ventaja que se ha reducido, a dos semanas de los comicios presidenciales, entre el demócrata y el republicano, Mitt Romney.

“¿Saben qué se siente en esta habitación? Se siente como que estaremos cuatro años más aquí”, dijo la esposa de Barack Obama en referencia a un nuevo mandato, ante unos 2,500 espectadores que la ovacionaron en Wisconsin. Algunos esperaron la noche entera en el sitio para verla.

"Michelle Obama puede dar argumentos que nadie más puede esgrimir en favor de su marido durante la contienda contra el republicano Mitt Romney", dice Anita McBride, quien dirigió la oficina de otra primera dama, Laura Bush.

“La primera dama siempre resulta positiva para un par de aspectos importantes”, explica McBride. “Una es el lado humano del presidente, ver quién es mediante la lente de la esposa, que es siempre única”.

Una de las partes que Michelle Obama prefiere de la campaña es que ésta le brinda la capacidad de elogiar a su marido sin que la escuche, según dijo al público en Wisconsin. “Así que no le digan cuánto lo amo en realidad… Esto queda entre ustedes y yo”, dijo.

Todos los que estamos aquí, observamos que Michelle Obama es talentosa para los actos de campaña y muestra más entusiasmo ahora que en 2008. Al comienzo de aquella campaña, pareció reacia a hablar en nombre de su marido.

“A ella nunca le fascinó el juego político, y fue honesta al respecto” en 2008, dice McBride. Pero este año, “se siente cómoda en la palestra. Aporta mucha energía y está aquí para ganar la elección”.

Los discursos proselitistas de la primera dama combinan aspectos privados y políticos. Ofrecen vistazos de la vida en la Casa Blanca y revelan motivos por los que se casó con el mandatario, cuyas políticas y carácter defiende apasionadamente.

Implora a las multitudes que voten, e insta a familiares y amigos a que hagan lo propio.

“Estas elecciones serán más cerradas que las anteriores. Eso es lo único seguro”’, dijo Michelle Obama. El jueves, la primera dama viajó a Hollywood para aparecer en el programa nocturno de Jimmy Kimmel en la televisión y para recaudar fondos con el actor Will Smith.

Toda una campeona en ganar el apoyo del ciudadano común. ¡Eso lo digo yo!.

(1) Michelle Obama on Jimmy Kimmel Live
(2) Michelle Obama on Late Night with Jimmy Fallon

martes, 23 de octubre de 2012

Tres debates presidenciales y una certeza, los debates no se ganan, se pierden



1960. “Algunos observadores políticos afirman que en el famoso debate televisivo entre Kennedy y Nixon en el año de 1960, el contraste entre la obvia vitalidad de Kennedy y el cansancio de Nixon (sumado a su poco expresividad habitual) tuvo más importancia que todo lo que dijeron (Davis, F. 'La comunicación no verbal' 57)”.

22 de Octubre de 2012. 60 millones de telespectadores ante el televisor (con un dispositivo móvil en la mano) y un empate en las encuestas, es el panorama que se encontraban Mitt Romney y Barack Obama en el cuarto y último debate de esta campaña electoral, el tercero presidencial. Si lo último que recuerdas es la primera sensación que dejaste, Romney recuerda al hielo, empezó frío con la cuestión del debate, política exterior. Además, Obama comenzó enumerando éxitos (real) y comparándolas con lo que no hará Romney (fracaso potencial). Tradicionalmente, la política exterior era un tema fundamental para llegar a la Casa Blanca pero la crisis ha cambiado hasta esto. Con una victoria en cada uno en los dos debates realizados, el presidente de Estados Unidos Barack Obama y su rival republicano Mitt Romney se han vuelto a ver hoy las caras ante las cámaras de televisión, en el último duelo dialéctico que se ha celebrado en Boca Ratón, Florida. Apenas faltan dos semanas para las elecciones del 6 de noviembre y los analistas coinciden en que Obama partía como favorito en este último, de los tres debates, de 90 minutos que se ha centrado en política exterior. Hasta la fecha, Romney ha dado pocos detalles durante la campaña electoral sobre sus planes en esa materia. Con todo esto, la carrera hacia la Casa Blanca sigue muy ajustada ya que según todas las encuestas nacionales, ambos candidatos están prácticamente empatados. También en varios de los estados más disputados como Florida, uno de los denominados "swing states" (estados de voto cambiante), la brecha entre Obama y Romney se ha ido cerrando en las últimas semanas (coincidente con el segundo y tercer debate debate). En cuanto a los memes, los temas decisivos en las elecciones suelen ser la economía y el mercado laboral. Pero en esta ajustada carrera, la política exterior también tiene más importancia de lo que se creemos.


CNN
En este tercer debate, el cruce dialéctico se ha centrado sobre el papel de Estados Unidos en el mundo, la política de seguridad en Afganistán, Irán, Oriente Próximo y el desafío de China como potencia en ascenso. Hasta la fecha, Romney ha conseguido puntos en el ámbito económico, pero en política exterior no tiene prácticamente ninguna experiencia, a diferencia de Obama que ya sabemos utiliza la estrategia de confrontar con Romney sólo cuando él interviene y al final de la misma para así dar la única opción a Romney de contestarle y de este modo, no tener el tiempo total para lanzar su mensaje. Las meteduras de pata en los viajes al extranjero de este verano y en el segundo debate televisivo de hace una semana subrayaron esta carencia del republicano. En el segundo duelo televisivo con formato talk-show, Romney acusó falsamente a Obama de no haber calificado de un acto terrorista el ataque contra el consulado estadounidense en la localidad libia de Bengasi.
En cuanto al formato, la comunicación no verbal se ha centrado sobre todo en las manos y como no, en las expresiones de la cara y la dirección de la mirada, ya que han permanecido sentados frente al público y el moderador (mismo formato que el debate de vicepresidentes).
No obstante, el último debate no era para Obama determinante. En el primer debate el 3 de octubre, centrado en cuestiones económicas y de política interior, el presidente sorprendentemente compareció débil y cedió terreno a Romney. La campaña demócrata ya había recordado antes de este primer "cara a cara" que Obama llevaba cuatro años sin debatir, a diferencia de Romney, que durante las primarias republicanas participó en más de una decena de debates.
Lo cierto es que el presidente estuvo cabizbajo en algunos momentos del debate, nervioso al principio y le costó transmitir las propuestas para un segundo mandato que ha venido repitiendo desde hace meses en mítines y actos de campaña. En el segundo cara a cara el martes de lasemana pasada, el mandatario ganó el terreno perdido con el aplomo de sus intervenciones. En este segundo cara a cara, los candidatos compitieron por temas como la educación, el sistema financiero, Oriente Medio y la bajada de impuestos. "Presidente, ¿ha mirado su pensión?, preguntaba Romney. "No, no es tan alta como la tuya", respondía Obama. Con frases como esta, la audiencia pudo asistir a un combate más agresivo entre los dos candidatos, lleno de ironía y con la guardia alta. Se esperaba, sin embargo, que el tercer debate sea menos duro, pues las diferencias en el terreno diplomático son menores entre ambos candidatos. El debate ha marcado, no obstante, el inicio de la recta final de la campaña electoral en donde Obama realizará una visita relámpago el miércoles y el jueves, a cinco de los "swing states", que podrían hacer decantar las elecciones.


Y ahora, ¿qué?

Posiblemente el 6 de noviembre se demostrará que quien gana debates, no necesariamente gana elecciones. Los investigadores sobre los efectos de los debates electorales encuentran una gran dificultad para establecer conclusiones sólidas sobre ello. Esta dificultad radica, por una parte, en la enorme variedad de condiciones (contexto político y social, escenario, panorama de audiencias, etc.) en las que se celebran los debates, lo que impide la extrapolación de resultados de estudios puntuales. En segundo lugar, los debates constituyen sólo una información más de las múltiples a las que un votante se expone en campaña electoral. De ahí que resulte muy difícil identificar cuál ha sido exactamente el efecto del debate, más cuando son los políticos y no los investigadores quienes controlan las condiciones de la celebración del debate, algo que impide incluir determinadas variables en un análisis. Uno de los efectos más contundentes de los debates electorales es la atracción de audiencias masivas.
Los debates refuerzan las tendencias políticas de la audiencia. Se cumple, en los debates electorales, la teoría del refuerzo ligada al proceso de percepción selectiva: la gente se expone al debate prejuiciada por sus propias tendencias políticas. Ve lo que quiere ver. Como consecuencia, los telespectadores traducen las informaciones en evaluaciones que coinciden con sus disposiciones políticas principales: percibe que quien ha ganado es su candidato y discute sobre ello con gente que tiene la misma orientación política.

Pero la investigación afirma también que, superada la percepción selectiva, el votante puede dar la victoria del debate al candidato ajeno, sin que eso se traduzca en un cambio de voto. Ejemplo paradigmático de esto son los resultados tras el debate entre Mondale y Reagan en 1984: el 61% dio la victoria a Mondale, juicio no reflejado luego en los resultados electorales. Por último, los debates influyen en los indecisos, congelando la campaña en favor del candidato más carismático, que será quien se lleve a éstos.

Reuters
Los debates tienen además otros efectos. Establecen la agenda del público: los temas que salen a debate son aquellos que luego la gente considera más importantes. Además, incrementan el conocimiento que la gente tiene de la política. Ahora bien, los resultados parecen sugerir que la agenda de temas de los contrincantes no coincide con la agenda de los ciudadanos sino de los periodistas o partidos políticos. Por último, los debates modifican las imágenes del público sobre los candidatos. Qué de la imagen de los candidatos pueda afectar en el futuro al voto (a los comportamientos) es una cuestión sobre la que la investigación en comunicación política no ha conseguido todavía orientaciones, al menos clarificadoras. Me reitero, posiblemente el 6 de noviembre se demostrará que quien gana debates, no necesariamente gana elecciones.

viernes, 19 de octubre de 2012

Primeras Damas, para lo bueno y para lo malo y hasta que la campaña los separe


Nadie las ha elegido, sólo sus maridos, pero todas representan a su país. Hablamos de las primeras damas. ¿Cuál es su misión?. Son una pequeña ventana por la que podemos aprender un poco más cómo es el presidente (o así es como queremos verlo los consultores). Se trata de un título made in USA. La Primera Dama de los Estados Unidos es un título no oficial de la anfitriona de la Casa Blanca. Su acrónimo es FLOTUS y se utiliza para denominar a la "Primera Dama de los Estados Unidos," por analogía a las más conocidas siglas "POTUS" por "Presidente de los Estados Unidos".

"Primeras Damas: la otra campaña" (1992)


Pasado, presente y futuro siempre han ido de la mano. Desde la antigüedad, la historia siempre ha atribuido a algunas de las compañeras, esposas y parejas de los hombres que concentraban el poder político, una característica influencia sobre ellos y su actividad, en menor o mayor grado. Lo cierto es que muchas de estas mujeres hicieron y hacen una vida política acompañando a sus cónyuges e incluso superándolos numerosas veces. El presente y pasado cercano no es ajeno a ello. El primer país en utilizar el cargo de primera dama fue Estados Unidos y debido probablemente a la influencia política y cultural de esa nación, éste se ha extendido a casi todas las repúblicas del mundo, incluyendo las de América Latina. Algunas de las primeras "Primeras Damas" eligieron la forma con las que se las debía tratar: títulos como "Lady", "Mrs. President", y "Mrs President". Martha Washington, por ejemplo, era llamada "Lady Washington".

Gestión de las imágenes en campaña

Desde que entré en el estudio de la comunicación política y en el de las estrategias de campaña, me llamó la atención cuán to de importante es el papel de la mujer del político en campaña o durante su mandato. Sin ánimo de ser machista (tendría g racia que yo lo fuera cuando trabajo cada día en un espacio donde imperan los hombres) me centro en la mujer cónyuge para tratar de analizar a qué es debido su influencia y determinación. El caso más reciente y cercano es, sin dudas, el de la actual presidenta de Argentina, Cristina Fernández, que tras ser la primera dama de ese país durante el mandato de su marido de 2003 a 2007 se presentó a las elecciones y recibió el cintillo presidencial de su esposo, Néstor Kirchner. Posteriormente ganó las primarias de su partido (celebradas por primera vez en ese país) y fue reelegida en 2011 y asumirá el cargo hasta 2015. Sin embargo, hay que reconocer que Fernández nunca podría haber logrado semejante ascenso político si no habría tenido como precursor la construcción simbólica que hicieron los argentinos en torno a la primera dama de Juan Domingo Perón, Eva Perón. Antes de que su esposo asumiera el cargo, el pueblo la quería como candidata a la Vicepresidencia, pero Eva renunció a ello. Eva Perón murió y se tejió toda una leyenda, que comienza con el secuestro de su cadáver por parte de la dictadura militar de Pedro Eugenio Aramburu. La gente comenzó a atribuir milagros a la desaparecida ex primera dama y llamarla hasta hoy, Santa Evita.


Michelle Obama es otra primera dama en ascenso. Según la revista Forbes, fue la mujer más poderosa del mundo en 2010; más tarde y de acuerdo con este mismo medio, descendió al octavo puesto en la misma lista de siguiente año (2011). Si bien es difícil determinar cuanta influencia política pueda tener la primera esposa de raza negra que llega a la Casa Blanca, es evidente que tiene un impacto muy fuerte en el aspectos más evidente de la cultura pop (la moda) y la campaña de su marido, Barack Obama a la reelección. Además, responde muy bien a la imagen que demanda por el puritanismo yanki de que sólo una mujer ejemplar puede ser la compañera de su presidente, sirviendo así mucho más a una imagen moralista de una mujer moderna que equilibra su tiempo entre la familia y el trabajo (cuando ejercía como abogado) o actualmente con su vida pública y privada que a una vida de poder político.

Esta idea de familia perfecta que parece tener la obligación de sostener todo núcleo familiar que llegue al poder para no descontentar lo que los estadounidenses piden simbólicamente no sólo es inverosímil, sino que inclusive muchas veces en la historia ese país se tornó irrisoria por episodios que perturban y retuercen ese ideal inexistente, como cuando la familia Clinton se vio envuelta en el escándalo sexual entre el ex mandatario Bill Clinton y la becaria Monica Lewinsky, o por el mismo George W. Bush y su pasado toxicómano, o las andanzas amorosas de Jhon F. Kennedy.
  
Otra ex primera dama que hoy sigue una carrera política es Hillary Clinton. Tras superar el escándalo Lewinsky, ganó su candidatura al senado de Nueva York y se convirtió, en 2000, en la primera mujer que ocupaba ese cargo. Luego fue reelecta en 2006. Posteriormente perdió, frente a Barack Obama, las elecciones primarias para ser candidata a presidenta por el Partido Demócrata. Sin embargo, Obama la invitó a uno de los puestos de mayor poder de la política del mundo occidental: la Secretaría de Estado de Estados Unidos y ahí permanece. Ha apostado en los últimos tiempos por una imagen más real y menos artificial, apareciendo sin maquillar en reuniones con mandatarios exteriores. Lo que aleja a Hillary Clinton del arquetipo ideal del que hablábamos antes y demostrando que la escenografía política no es artificial.




Durante una campaña política, por ejemplo, es mucho más fácil analizar el manejo de la imagen que se hace de la cónyuge y el político. Durante la campaña estadounidense a la reelección de Obama, estamos viendo cómo la gestión de las imágenes del propio presidente con su esposa, se mide al milímetro y son expuestas al público deseado. No en vano, los Obama han protagonizado la campaña más romántica. En el lado republicano, Ann Romney ha aparecido junto a su marido, el candidato Mitt Romney, pero con la actitud corporal republicana por excelencia, de la mano. Seguramente, en poco tiempo, se verán más esposos bajo el título de “primer caballero”.

lunes, 15 de octubre de 2012

La foto en campaña. Dos pasos para conseguirla y un ejemplo

Para promocionar a nuestro candidato/a político, se desarrolla una construcción de imagen sobre su persona utilizando técnicas del marketing político, las cuales se basan en dos pilares elementales: por un lado el hallazgo de un factor o característica diferente a la que ofrecen los otros candidatos. Y por otro lado, la simplificación del mensaje y todo lo que ello conlleva. Por lo tanto, nos permite la diferenciación que podemos resaltar de nuestro candidato con respecto a sus semejantes. Esta característica se presenta ante el electorado como el punto fuerte del político y es el elemento de donde se sostiene y se va reconstruyendo la imagen política y para la construcción de imagen en el proceso del marketing político, solo se destaca una característica o elemento distintivo que posea el candidato eficazmente.  
EFE
Puede ser su juventud, experiencia, carisma, capacidad de gobernabilidad, liderazgo etc. Es muy importante y merece la pena enmarcarlo, resaltarlo y relatarlo. Lo estamos viendo en la campaña de Antonio Basagoiti en el País Vasco quien está consiguiendo “la foto” casi todos los días de campaña. En resumen, para conseguir "la foto", dos elementos: relato y simplificación. Y cuando hablamos de simplificación no estamos hablando sólo en el sentido de una imagen simple, sino también de un mensaje claro y preciso. Esto se debe a la rapidez con la que se manejan los medios de comunicación en nuestro entorno, en donde los receptores tienden a descartar los mensajes complicados y ostentosos.
Por último, hay que enumerar los factores que complican el mantenimiento de la imagen. Como primera medida es fundamental tener en cuenta la compatibilidad entre la personalidad del político y su imagen elaborada. Y la imposibilidad de tener un control absoluto sobre la evolución de la imagen, ya que por cualquier acción de comunicación o acción política por más insignificante que parezca, ni el consultor ni el político podemos caer en el error de infravalorar un mensaje, y menos aún en imágenes.

lunes, 8 de octubre de 2012

Comunicar en imágenes , Rajoy y su puro


Me he propuesto no aburrirte (y de paso no aburrirme a mi), analizando lo que todos ya sabemos, este Gobierno, y especialmente, Mariano Rajoy, comunican mal su mensaje, su relato, es decir y como diría mi madre, “nos venden de pena”.

La semana pasada, y coincidiendo con su primer viaje a Nueva York para hablar ante la Asamblea General de la ONU, aprovechó la visita para hacer campaña. Sí, una campaña para mejorar la imagen de España, ese país que además del desorbitado desempleo, genera pobreza y que no sólo no está consiguiendo salir de la crisis económica, sino que ve cómo se profundiza la recesión económica y también, social.

Pero después de tantos “esfuerzos” y caminata, Mariano Rajoy no ha visto resultados a su campaña porque le ha salido mal desde el primer momento. Fue una sola imagen, la de un presidente paseando relajadamente con la cabeza altiva y fumando un puro en la Sexta Avenida, la que de repente irrumpía en los medios y redes sociales, mientras que en las calles de su país, salían millones de personas pidiendo representatividad por parte de la clase política y en Cataluña se gestaba el desafio independentista. Una imagen y un mensaje que sus propios asesores, junto a él durante el paseo, ayudaron a hacer posible.

Esta secuencia abre las puertas al desconcierto. Orden más contraorden igual a desorden. Puede que el contenido guste o no, pero definitivamente las formas no. Esta imagen genera pocas dudas, contiene mucha información, y sobre todo, se recordará como ejemplo de pésima estrategia de comunicación política, porque la comunicación no es sólo una cuestión de palabras, sino fundamentalmente, de imágenes. Imágenes que no necesiten palabras y que suponen un mensaje por sí mismas. Por lo que yo me pregunto ¿qué pretendía transmitir Mariano Rajoy en ese paseo por las calles de Manhattan?. ¿O es que no pretendía comunicar nada? Y simplemente, le apetecía dar un paseo después de una entrevista con periodistas internacionales y su estresada experiencia le causo deseo de sacar un puro. Si es esta segunda opción, el problema es evidente. Este gobierno y Mariano Rajoy comunican mal porque no tienen estrategia, no le dan importancia y no les importa que imágenes como ésta se recuerden (para mal).




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